LA ALTA COCINA,
NUEVA DIOSA DE LA ABUNDANCIA

La catalogan como una ciencia y, en efecto, ya han conseguido crear una facultad; a parte de tener ya su templo y sumo sacerdote. Y no tienen rubor en decir que es ecológica y fácil de preparar. Emplean cantidad de ingredientes, desperdician buena porción de ellos al emplear multitud de recipientes. Utilizan todos los procesos de elaboración (cocción, fritura, horneado, gratinado, flameado, etc.) para una misma receta. Aunque digan que aprovechan los restos de comida de los recipientes, al final todo va al cubo de la basura.

En cada plato no echan más que unos pocos gramos, eso sí, bien dibujados por diferentes salsas, como si de un cuadro se tratara. Para colmo, alguna vez, se les escapa decir que es gastronomía popular. ¡Qué desfachatez! Ésta suele utilizar un solo recipiente para todos los comensales, es sencilla y optimizadora de los recursos de la región en particular, y es defensora de la cuchara, tan repudiada por la alta cocina. También se apunta, esta alta cocina, de aplicar la dieta mediterránea, pero falta a la verdad, pues nunca utilizan fruta fresca.

No tengo empacho en decir que esta cocina es la última expresión del capitalismo liberal, financiero, avaro y egoísta, de corruptos trepadores e insolidarios. No les importa que haya millones de parados y muchos millones más de muertes por hambre. El presumir y el no ser menos todo lo compensa.

Honorino Joaquín Martínez Bernardo