AKWABA  (BIENVENIDO)  - 2

 

            Amigos todos de Santibáñez :

 

En este segundo artículo quiero informaros de cómo se ha ido llevando a cabo, desde septiembre de 2007, el primer objetivo del  Centro Akwaba:  acogida de los niños de la calle.

 

A estas fechas, final del mes de abril, el Centro tiene 51 chavales residentes, incluyendo los 5 nuevos que aparecieron a la puerta esta mañana. Por el Centro han pasado temporalmente otros 35. La mayor parte provienen de la calle, ya sea por las “acciones de calle” de noche o por la llegada de los “espontáneos.” Otro grupo menos numeroso procede de un Centro similar que está bajo la tutela del BICE, Institución Católica Internacional de la Infancia en peligro.

 

            Estos datos se pueden aclarar con algunos detalles. A los comienzos del curso había 19 antiguos  a los que se han ido añadiendo otros 67 nuevos. Del total de 86, 16 han vuelto a la calle y se les considera “fugados”, aunque dos de ellos han retornado al Centro. Otros 18 han sido reintegrados en sus familias y 3 han sido colocados en un Centro de Formación Profesional. Todo esto da idea del movimiento de los chicos del Centro a lo largo del curso.

 

            Pero ¿qué representan estos números comparados con algún ciento de mil de chicos que deambulan por Abidjan y otras ciudades?  Vamos a ser optimistas y agarrarnos a la verdad de que, a pesar de tan exigua cantidad, cada uno vale infinitamente, y por consiguiente, también vale la pena dedicarse a ellos.

 

            Como anécdota sobre estos chicos acogidos, destaca la de un chaval de unos 13 años que aparece muy temprano a la puerta del Centro embadurnado de pies a cabeza de aceite de recambio de coche. Nos contó que los aprendices de un “garaje” le pillaron robando piezas de coche. Lo desnudaron, y después de darle una paliza, le embadurnaron con el aceite. Este chico no permaneció muchos días en el Centro, se repuso, se curó y se fugó. ¿Dónde estará hoy?

 

            Os dejo aquí por esta vez. Os deseo una lectura atenta e indulgente de estas líneas. Y hasta la próxima vez, amigos.

 

                                               Mayo 2008.                          Desde Abidjan       César Pan Castrillo