Solidaridad y colaboración

Por José Morán Fernández

Recuerdan ustedes -sobre todo los mayores- la "hacendera" y cuando se tocaban las campanas para ella? Recuerdan la "vaquera" y los pastos comunes con ganado en grupo?¿Recuerdan los "acarretos" y cómo se reunían para los mismos y el buen vino que se bebía? Y ¿recuerdan -y lo hemos tenido muy cerca este año- cómo acude la gente al menor toque de peligro ante un incendio? Todavía hemos visto esto no hace mucho tiempo.

Pues bien, todo esto se llama -se sigue llamando, sí- "solidaridad, colaboración y participación". Y se sigue llamando así, pero en ocasiones aparece solamente el nombre, porque, como dicen nuestros mayores, ahora es distinto, no se da, cada uno busca lo suyo y le preocupa muy poco el bien de los demás. No creo que sea así, sin embargo.

Sólo necesitamos reavivar el espíritu, que está ahí dormido,y volver a la solidaridad y a la colaboración, perdiendo la vergüenza, despreocupándonos del qué dirán y arrimando el hombro para que las cosas se mantengan y mejoren y tengamos un pueblo cada vez más floreciente y un ayuntamiento -¿por qué no?- espléndido en todos los sentidos. Colaboración y participación en la limpieza de nuestro pueblo, esencialmente no ensuciando; y tenemos que darnos un voto de aplauso porque cada día está más limpio todo y lo que no está limpio es porque alguien lo ensucia. "El mejor modo de limpiar es no ensuciando". ¿Han visto "La Gotera"? ¿Por qué no puede mantenerse limpia? ¿Por qué no se colocan unas papeleras en la parte de dentro junto al mostrador y en las afueras para que no lo tiren todo al suelo y la costumbre de ensuciar vaya desapareciendo poco a poco, educando precisamente a todos en ese sentido? Y así puede suceder en otras partes.

Participar y colaborar con quienes vienen a traernos a la puerta de casa pan , pescado, frutas, carne y otros. ¿No es preferible que vengan ellos a que tengamos que ir nosotros a buscarlos lejos? Y si tenemos un servicio como el de Araceli en el pueblo y podemos colaborar para que pueda continuar y sea para nosotros una dicha sin necesidad de ir a otra parte, ¿por qué no podemos comprar allí? ¿Por qué nos cuesta unas pesetas más? ¿Y no las gastamos en el autobús o en gasolina, si tenemos coche? ¿Verdad que es mejor que siga y continúe mejorando en el pueblo? "El comercio", como se le conocía, o "onde Araceli", como se le conoce, puede traerte todo aquello que necesites. Pide y te lo trae, si hay cosas que no las tiene. Colaboremos con "El Comercio" y habremos cooperado a que se mantenga y mejore y cada vez tendremos un servicio más abundante y mejor. Lo mismo sucede con "La Ferretería", sin que tengamos que apelar a ello con la Cooperativa.

En fin, la solidaridad y la colaboración hoy nos piden nuevas formas, pero, si queremos que se mantengan y mejoren los servicios, debemos participar en ellos y colaborar solidaria mente, sin envidias ni celos, para que así sea. "Los necesitamos y nos necesitamos mutuamente: ayudémonos y apoyémonos. Ganaremos, y todos".